Los controles que tuvieron lugar en las carreteras secundarias no nos han descubierto nada nuevo, debido a que los conductores parece que no aprenden la lección y siguen sin ningún temor pisando fuertemente el acelerador en las vías convencionales.

El objetivo de la campaña era concienciar a los conductores y controlar su comportamiento mientras circulaban por aquellas vías que por sus condiciones no disponen de separación física de ambos sentidos de circulación y por tanto las que presentan mayor siniestralidad. Sin embargo el exceso de velocidad sigue siendo una asignatura pendiente dado que el 39% de las multas que se produjeron en las carreteras secundarias fue por este motivo.

Un porcentaje que unido a la cifra de 8.833 conductores sancionados en esta campaña, debería alarmar a las autoridades competentes, al considerar estos hechos como uno de los factores más concurrentes en la consecución de accidentes de tráfico.