Pasar la ITV es una obligación de esas que cuestan, porque implica un gasto, un tiempo… Pero se trata de un esfuerzo necesario por muchos motivos. Muchos deciden eludir dicha obligación y circular directamente sin haber pasado la Inspección Técnica de Vehículos. No hablamos de tres o cuatro coches: según la Asociación Española de Entidades Colaboradoras en la ITV (AECA-ITV) alrededor de un millón o millón y medio de vehículos circulan sin haber pasado la ITV.

La Asociación destaca que son especialmente los coches particulares los que más pasan de hacer la revisión obligatoria, mientras que los coches profesionales (furgonetas, autobuses…) sí cumplen con la ley.

La crisis es el principal motivo, como no podía ser de otra forma. Además, hay que añadir que las autoridades pocas veces paran a un coche por problemas técnicos, y como los conductores saben que tienen pocas posibilidades de que les denuncien, evitan el gasto. Más aún cuando saben que una reparación en la ITV les puede costar unos 300 euros y la multa se queda en 100.