El Ayuntamiento de Madrid ha endurecido los requisitos de apariencia que un taxista debe tener en su puesto de trabajo. De esta forma el ir vestido en chándal o sin calcetines puede costarles una multa de hasta 300 euros e incluso la suspensión de actividad durante un máximo de 15 días.

Estos cambios en la ordenanza municipal, que ya contaba con determinadas restricciones para este colectivo, como el hecho de que para ejercer esta profesión no se debía contar con enfermedades infecciones (tuberculosis, sida) y tener un certificado de buena conducta, ahora no son factores suficientes si se quiere renovar la licencia. Para poder seguir trabajando en el taxi, la nueva forma que ha aprobado el PP y que todavía tardará unos días en entrar en vigor, obliga a este colectivo a sacarse el certificado de la Enseñanza de Secundaria Obligatoria (ESO) y a guardar más que una correcta apariencia en la vestimenta.

Respecto al tema del certificado de la ESO, con esta medida se pretende que se mantenga un nivel mínimo de calidad en la atención de los clientes, pensando sobre todo en los turistas que vienen de fuera. Acompañando a esta explicación está íntimamente unida la clausura de la vestimenta. Se prohibe a los taxistas el uso del chándal o prendas de baño así como chanclas o ir sin calcetines dentro del propio taxi. Las multas por estas razones no se harán de rogar, ya han advertido, asique por el bien de sus bolsillos, los taxistas de Madrid tendrán que adaptarse a las nuevas normas si quieren seguir trabajando tranquilos en esta profesión.