Utilizar adecuadamente las luces en el coche además de ser un punto vital para la seguridad vial, es uno de los principales focos de atención de agentes a la hora de imponer multas de tráfico. Un mal alumbrado o practicar una conducción con estos elementos en mal estado nunca pasa desapercibido a los ojos de la autoridad.

Como materia clave en lo que a seguridad se refiere, las luces del coche no son un mero adorno y el conductor tiene que velar por su correcto estado y su buena utilización. Es por ello que en días de lluvia o en los que las condiciones metereológicas o atmosféricas no acompañen como falta de visibilidad, por lluvia, niebla o granizo, éstas tienen un papel crucial que puede determinar que una acción termine o no en accidente.

Esta importancia que aquí señalamos, en muchas ocasiones parece infravalorada por los conductores, atreviéndose a circular con luces fundidas o en mal estado que no sólo implican multas de tráfico sino un peligro añadido en las carreteras. Es por ello que en este punto la Ley es severa y considera que no utilizar las luces adecuadas en determinadas situaciones y con condiciones metereológicas adversas es una infracción tipificada como grave.

La cuantía de las multas

Esto viene recogido en el art.65 4 e) de la Ley de Seguridad Vial donde se expone claramente que no utilizar el alumbrado por las razones que sean, aquí entrarían fallos técnicos o despistes, implicará multas de 200 euros como mínimo, salvo que el vehículo sea una bicicleta en cuyo caso la infracción se considera de carácter leve.

Esto también engloba los supuestos especiales en los que por causas extraordinarias se tiene que utilizar el alumbrado de excepción (las antinieblas) cuando las condiciones metereológicas lleguen a ser extremas. Un empeño porque se cumplan los requisitos de seguridad al volante que convierte a las luces en punto clave si se tienen que poner multas.