La crisis económica se potencia como la principal responsable por la que los más jóvenes deciden ahora que sacarse el carnet de moto es más bien un lujo a una prioridad.

Aunque las motos siempre han estado presentes tanto en ciudades como en carreteras y la historia las ha postulado como un vehículo ideal para manejarse en las distancias y podría ser una solución anticrisis en esta difícil época, las distintas trabas que los conductores tienen que pasar para obtener el permiso de conducción en este tipo de vehículos,  ha hecho que esto que en un principio era casi una prioridad entre los jóvenes, pase a ser un lujo exclusivo para unos pocos.

La progresión de la expedición de permisos para conducir ciclomotores y motocicletas ha ido siempre de manera distinta a la de otros vehículos y en lo que respecta a los últimos años, sus cifras han notado un claro bajón. Esto queda plasmado en los últimos datos facilitados por el servicio de estadística de la Dirección General de Tráfico (DGT), en donde se manifiesta que las licencias de carnet de moto ha descendido en un 48%  desde que comenzó la crisis en 2008.

Los motivos no son muy distintos de los que han experimentado otras caídas generalizadas. La crisis, el paro, la disminución de ingresos en las economías domésticas han afectado también al mundo de las motos que vive en estos días sus horas más bajas.