La polémica por el uso obligatorio del casco para los ciclistas ha generado tal aluvión de críticas que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha decidido que este debate se traslade al Congreso antes de que las nuevas medidas se integren dentro del Reglamento General de Circulación.

Todo cambio trae consecuencias positivas y negativas. Por ello, el hecho de que pase a ser obligatorio el uso del casco para los ciclistas como una de las medidas estrella, no ha quedado exento de polémica entre los usuarios que utilizan a diario la bicicleta en ciudad. En su defensa, la directora de Tráfico, María Seguí, ha recalcado que son «incuestionables» los beneficios que se desprenderían de esta nueva norma, advirtiendo la principal eficacia en la «reducción de lesiones».

En contraposición a estos argumentos, los partidarios de que el casco se utilice con criterio según la situación, debido a que no garantiza una disminución de la siniestralidad y consideran que dificulta la intermodalidad, han hecho llegar sus voces hasta el propio Congreso para solicitar que se revise esta medida antes de que llegue a formar parte del Reglamento General de Circulación. Su opinión considera que este cambio terminará favoreciendo a los coches, actuales reyes de las ciudades, dado que el casco obligatorio puede ser un elemento que reduzca la proliferación del uso de las bicicletas.

Esto unido al posible aumento del límite de velocidad a 130 km/h en algunos tramos de las autovías, así como su reducción en las vías convencionales y en determinadas calles de la ciudad, son los principales temas y puntos a tratar sobre los que ahora se debatirán pros  y contras en el Congreso y en función de lo que se establezca, se admitirá como nueva medida en el Código de Circulación. Seguiremos informando.