De no haber sido conscientes hasta ahora de que se trataba de una infracción, a apenas unos días, convertirse en una auténtica moda por poner multas de tráfico con motivo de giros de cuello en la conducción, es lo que experimentamos. Una práctica que nos recuerda la importancia de estar atentos en la carretera, pero que ahora se utiliza como instrumento recaudatorio.

Deben de estar hasta arriba de trabajo los traumatólogos porque ultimamente los conductores hacen demasiados giros de cuello que les conducen a multas de tráfico. Así se estima de las cifras que se han visto incrementadas en una semana desde el mediático caso de Vilagarcía, ante la nueva misión que se han debido poner los agentes de tráfico. Sus ojos todo lo ven y nada se escapa a su control y cualquier movimiento de cabeza es multado sin ningún miramiento como ha quedado demostrado.

Buen ejemplo de ello es la decena de conductores que han sido sancionados en Poio (Pontevedra) por girar la cabeza  hacia donde estaba instalado un radar móvil de la Policía Local. Una trampa muy bien traída que en el mismo punto, kilómetro 1,5 de la carretera P0-308 y en el mismo día les ha valido su respectiva multa de tráfico a estos conductores. Como resultado una sanción de 100 euros y un alto grado de impotencia en el cuerpo.

Una moda y sanción que a todas luces tiene todos los ingredientes para presentar intereses recaudatorios, al buscar en este último caso abiertamente la distracción de los conductores de la vía y ante la repetición de las acciones en un mismo día. Ellos defienden la imposición de estas multas no por el hecho de girar el cuello, sino por cometer una distracción en la carretera aunque la cuestión nos lleva a plantearnos si esa distracción está especialmente buscada para lograr un objetivo concreto. Lo que está claro es que una vez más la seguridad se pone en cuestión y las multas continuan a la alza.