Con medidas cada vez más drásticas y seguidas el Ayuntamiento de Madrid aboga por un nuevo concepto de lo que debe ser el centro de la ciudad. En él no hay espacio para los coches ni los temidos atascos. Por ello de manera paulatina se están restringiendo accesos y elevando los precios, para de esta forma favorecer el transporte público.

Entre las medidas que se han llevado y que se tienen en mente y no de manera muy lejana, destaca la subida que se planea de los parquímetros haciendo que estos puedan alcanzar la valía de los aparcamientos públicos. También entre otros aspectos a los que ha tenido acceso El País, se podría limitar el estacionamiento a un máximo de dos horas, aumentar las áreas peatonales y prohibir la circulación de grandes camiones durante el día.

Del mismo modo y como ya se había ido advirtiendo, tendría más peso la grúa y los vehículos que portan cámaras para disuadir a los conductores de la utilización de vehículos por el centro. Estas medidas irían acompañadas de multiplicación de número de carriles bus para de esta forma dar prioridad a los autobuses en los semáforos.

Todo ello elaborado a conciencia para conseguir reducir el tráfico, trabajar también por una mayor seguridad vial, teniendo como objetivo el respeto y cumplimiento de los límites legales de contaminación de la Unión Europea con el medioambiente. Un plan para hacer que los desplazamientos tiendan a ser en transporte público y que dejemos aparcados los vehículos privados a base de restricciones y presiones.