Con la idea de recaudar el próximo año en torno a 360,91 millones de euros en multas, Tráfico ha ampliado su arsenal de radares en las carreteras para llevar a buen puerto este cometido. En total se cifran estas adquisiciones en 30 dispositivos cuyo valor ascenderá a dos millones de euros.
Renovar los controles de las vías españolas, es una de las prioridades para la Dirección General de Tráfico (DGT). Por ello para cumplir los objetivos recaudatorios para el próximo año y para que no se escape ninguna infracción al control, Tráfico ha incorporado nuevos fichajes para esta temporada. Se tratan de 30 radares que pueden utilizarse tanto en paneles fijos como desde vehículos parados y cuyo gasto individual es de 66.550 euros.
Unos radares preparados para toda situación, pudiendo servir para ser montados en trípode, en un vehículo estático o directamente en una instalación fija, en función del interés que predomine. Estos formarán parte y complementarán la vigilancia en ciudades tales como Madrid norte, Murcia, Cádiz, Ourense, Cáceres, Asturias, Murcia, Palencia, Teruel, Sevilla, Almería, Jaén, Cantabria y Málaga.
Control riguroso en cualquier circunstancia
Unos dispositivos con última tecnología basada en dos emisores de infrarrojos que cruzan perpendicularmente la carretera, determinando el exceso de velocidad y que junto con la cámara digital que incorporan, efectúa dos fotografías de la parte trasera del vehículo infractor. Su control llega a la vigilancia de varios carriles a la vez, en cualquier hora del día y situándose tanto en rectas como en curvas.
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