Dentro de los planes futuros que tiene Tráfico, uno de ellos pasa por el cambio de emplazamiento de 20 radares de tramo, que en la actualidad se encuentran en vías rápidas, pero que desde septiembre pasarán a formar parte de determinadas secciones de nuestras carreteras secundarias.
Adelantándose más de lo previsible a los acontecimientos, Tráfico ha anunciado que a partir de septiembre, instalarán 20 radares de tramo en puntuales y estudiadas secciones de carreteras convencionales. Un cambio que requerirá de un estudio pormenorizado, dado que hasta la fecha estos dispositivos se encuentran ubicados en vías rápidas y tienen como misión ahora, controlar las secciones peligrosas de vías secundarias.
Un cambio que tanto por lo repentino como por lo novedoso, dado que es la primera vez que este tipo de radares se instalan en carreteras que no son ni autovías, ni autopistas, va a ser motivo de polémica. Su fin tal como han anunciado desde fuentes de Tráfico, es «reducir la accidentalidad y evitar excesos de velocidad», para lo que se han basado cotejando los datos de 2013, donde los fallecidos por accidente de tráfico se localizaron en este tipo de carreteras.
Radares con múltiples misiones
La polémica en torno a estos equipos no sólo se deberá a su cambio repentino de ubicación, sino a que estos radares estarán preparados también para controlar otro tipo de infracciones, independientemente de las de velocidad, tales como adelantamientos en línea continua, lectura de matrículas en tiempo real, además de la detección de vehículos sin ITV o seguro en vigor.
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