Se ha tomado como rumor, comentario, declaraciones y ahora a través del mismo texto, escrito por un sargento, la prueba definitiva de que los agentes reciben continuas presiones a la hora de poner multas de tráfico a los conductores para no perder sus incentivos o complementos salariales.
El sargento utilizó para acusar a los guardias, la vía rápida del WhatsApp en donde sin ningún reparo y lleno de faltas se hacía eco de las siguientes palabras que reproducimos literalmente: «Estoi harto de mandar un destacamento de llorones, rastreros, mentirosos y falsos (…), estoi harto de pedigüeños, que no hacen su trabajo ni a un 20% de su capacidad». Un recado con destino a 14 agentes del destacamento de Alzira en Valencia que no dudaron en denunciar estas palabras que han costado posteriormente una sanción a este suboficial.
La evidencia de presiones es manifiesta desde el principio, siguiendo el texto del mensaje con mayor dureza para los agentes aludidos: «si tanto os creeis que yo voy a proponer a un GC la productividad por un mes 35 denuncias, vais apañados». Unas palabras que contaban además con descalificativos que fueron escritas el 22 de enero de 2013 y eran la mejor de las pruebas obtenidas hasta el momento, para reflejar la situación que se vive en los cuarteles.
Un mensaje completamente relacionado con el Resumen de Actividad Individual (RAI), que evalúa y puntua el rendimiento de las actividades que llevan a cabo los agentes y que califica con cuatro puntos las multas por exceso de velocidad frente a los primeros auxilios que cuentan con una puntuación inferior. Un sistema que premia más las sanciones impuestas de conductores ante otras ocupaciones importantes de los agentes, que es su principal motivo de queja.
Con este polémico mensaje que ahora ha visto la luz, el sargento ha puesto en evidencia las presiones de los agentes a la hora de poner multas, dado que para éste las 35 denuncias al mes en este destacamento de Alzira no era para nada suficiente y de ahí sus duras palabras por WhatsApp que han resultado sancionadas al tratar con total «desconsideración» a los subordinados, aunque su castigo haya sido el mínimo, cinco días de suspensión de empleo y sueldo.
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