Todos en algún momento hemos maldecido un parquímetro y las consecuencias, convertidas en multas, de su presencia. Este invento que ha demostrado a lo largo de su trayectoria una gran eficacia para recaudar que ahora aprovechan con creces las ciudades y municipios ha cumplido 78 años desde sus orígenes.
Su funcionamiento empezó un 16 de julio de 1935 en Oklahoma (EEUU), por lo que reciéntemente ha sido su aniversario. Desde un principio se utilizó para paliar el caos en los aparcamientos y regular mediante límites de tiempo o prohibiciones los estacionamientos y las franjas horarias. En ese punto de anarquía absoluta, apareció Carl C. Magee con su idea y su parquímetro que tantos favores está haciendo en la actualidad a los alcaldes.
De esta forma un instrumento con forma de buzón de correos comenzaba su andadura en las ciudades aunque no sería hasta 1935 cuando se renovase y se aceptase esta patente como un buen invento para regular los aparcamientos en zonas urbanas. Con el parquímetro los conductores sabían que pagando unos centavos se asegurarían de una plaza de aparcamiento un máximo de una hora.
Pronto esto se extendió como la pólvora al resto de ciudades y se fue adaptando el elemento a lo último del mobiliario urbano. Su evolución tiene un nuevo cambio en la década de los ochenta cuando el parquímetro digital empieza a relevar al mecánico que se había estado utilizando hasta el momento. Ahora se encuentra tan tecnologizado que permite la opción inclusive de pagar con móvil o calcular los espacios existentes para poder encontrar aparcamiento.
Una paseo bastante romántico para celebrar el cumpleaños del parquímetro, un instrumento que ya no sólo tiene una función de regular estacionamientos, sino también de recaudar dinero en función de estos. Su colocación insistente en todo tipo de sitios para hacernos pagar el emplazamiento con multas, ha hecho que olvidemos sus fines y funciones originarias para convertirlo en una plaga de la que todos hemos participado en críticas en algún momento.
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