Encontrándonos en uno de los momentos más delicados a lo largo del año y en donde más peso adquieren los radares con los numerosos desplazamientos en carretera, recibimos los conductores con agrado la noticia de que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto freno a la compra de dispositivos de control.
En total en España trabajan a pleno rendimiento en la actualidad 847 radares entre móviles y fijos. Una cifra bastante inferior, dado que se ha reducido en este tiempo al menos a 100 de los que existían anteriormente. A eso se le suma la promesa o compromiso que la directora de la DGT, María Seguí ha dejado de manifiesto de no gastar ni un euro en la compra de nuevos radares fijos durante 2014.
Una reducción que viene dada porque muchos de estos dispositivos se han quedado obsoletos o no están operativos en la actualidad aunque sigan establecidos en las carreteras para realizar una función intimidatoria. Por lo que tras las últimas adquisiones de los radares Pegasus que tan buen resultado y favor están consiguiendo en la puesta de multas de tráfico, se ha puesto un freno a la compra de radares.
Un compromiso tomado con cierto recelo
Una noticia que sorprende y también deja un halo de incredulidad ante un compromiso demasiado serio para unos intrumentos que resultan de lo más efectivos de cara al interés recaudatorio. A lo largo de estos meses comprobaremos si las palabras no se las lleva en este caso el viento.
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