La fidelidad de los buenos amigos resulta siempre un tesoro, sin embargo si mostrar buena sintonía y hasta benevolencia implica faltar a las normas y a la más absoluta profesionalidad, con la ley hemos topado. Un caso real en el que encontramos el delito de prevaricación de un agente tras haber hecho desaparecer y no tramitar un número determinado de multas de tráfico cometidas por amigos.
Un polémico caso que desde 2012 sigue con una intermitente vigencia y que ahora vuelve a resurgir por la petición de indulto a este agente, por parte del exalcalde de Torrejón de Velasco, que a fecha de hoy es uno de los imputados en la Operación Púnica. Motivo que riza el rizo de esta controversia.
Lejos de apoyar esta petición la Audiencia Provincial hizo oídos sordos y Francisco Javier Carrascal resultó inhabilitado por de manera continuada haber decidido no tramitar estas multas de tráfico que casualmente iban dirigidas a conocidos y amigos del agente. Lo que a día de hoy resulta más curioso y tiende a avivar la polémica es el conjunto de relaciones e hilos conectados a través de esta particular tela de araña.
Si el exalcalde de Torrejón de Velasco, Gonzalo Cubas fue uno de los defensores de este agente, matizando que «aunque la conducta merecía un reproche penal, en 17 años de servicio sólo se había planteado esta negligencia con cinco sanciones», ahora es un imputado en la Operación Púnica. Las coincidencias siguen apareciendo, si se conoce que la mujer del policía en cuestión y la de Cubas son primas hermanas y que esta última trabaja como cooperativista del grupo educativo Alfedel, implicado también en Púnica.
Una defensa empañada por la Operación Púnica
Y sin conocer los entresijos que enmarcan esta curiosa amistad, el Supremo ha ratificado la sentencia de la Audiencia Provincial haciendo que este agente pierda su condición de funcionario. Una pérdida motivada por cuidar de más a los amigos y que ni siquiera los contactos ahora más que nunca empañados, han podido salvar en este momento.
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