Cada persona es un mundo y sabemos que para gustos están los mismos colores, pero hay extrañas aficiones que no llegamos a comprender aun teniendo por base la complejidad de los humanos. Éste, es el caso de un conductor que ha acumulado más de 90 infracciones en los dos últimos años.
Con poco, o más bien ningún miedo al castigo, un conductor de Galicia no se cansa de cometer infracciones al volante. Su adicción a las emociones fuertes, al exceso de adrenalina y por consiguiente a las correspondientes multas de tráfico que le implican cada acción, comienza a ser escandalosa, así como sus maniobras cada vez más peligrosas y kamikazes.
La última en la que fue pillado por un agente municipal que estaba fuera de servicio, sobrepasa todo tipo de límites, dado que se encontraba sin carnet y dando bandazos a 157 km/h en sentido contrario por una zona limitada a 50. Un cúmulo de despropósitos que podría valerle fácilmente la entrada en prisión por su conducción temeraria, unido a sus poderosos antecedentes con el coche.
En los dos últimos años, se había propuesto o batir un récord o pensaba que la carretera era suya para circular según su criterio, – que a la vista está que no era muy bueno-, y acumulaba más de 90 infracciones administrativas que le habían costado todos los puntos del carnet, aunque no por ello había renunciado a continuar con todo descaro a seguir circulando y sumando más multas a su extenso curriculum.
Su última locura convertida en una persecución de película, sin ninguna norma que obligó a alterar el tráfico así como el corazón de aquellos conductores con los que se topó a su paso, puede que sea el detonante que calme esa extraña adicción. En su contra pesan tres delitos contra la seguridad vial: uno por conducción temeraria, otro por hacerlo sin carnet de conducir y un tercero por triplicar la velocidad permitida en la vía. Un gran desembolso de dinero, como mejor opción para curar estas extrañas aficiones.
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