En algún momento del año, decidimos pasar revista a conciencia en los posibles achaques que tenga nuestro vehículo. Con la inminente revisión de la ITV, se busca de manera eficaz, rápida y sobretodo barata, superar esa prueba para lograr el aprobado y también que esto no sea motivo de multas de tráfico en un futuro.
Existen una serie de problemas genéricos que son los responsables de que los conductores no pasen con éxito el examen de la ITV. Su frecuencia, unido a la antigüedad del parque automovilístico, ha elevado esta información a un potencial peligro, siendo el responsable de los suspensos de 1 de cada 5 conductores y de probables problemas relacionados con la seguridad vial.
Tal como ha publicado Aeca-ITV en relación al estudio de las Inspecciones Técnicas de Vehículos realizadas en 2014, los principales defectos que hacen que muchos vehículos no superen la prueba, encontramos a la cabeza de ellos, los sistemas de alumbrado y señalización que representan un riesgo importante en multas de tráfico en circulación. La prueba de las luces no es opcional y en ella suspenden un 24, 2% de los conductores.
A ésta le siguen como fallos graves en cadena, el desgaste de los ejes, de los neumáticos y/o de los suspensores (22,8%), además de irregularidades en los frenos (15,5%). Unos errores que no resultan de ningún modo negociables ni tampoco desapercibidos para el mayor control que se tiene de las inspecciones.
Las multas más controladas de DGT
Como recoge el estudio, el promedio de errores graves ha sido de 1,7 por cada vehículo, lo que nos viene a decir que diversos conductores han hecho caso omiso de las advertencias de estos centros poniéndose al volante con varios de estos problemas de manera simultánea. Uno de los puntos que con más esmero es motivo de multas de los radares y cámaras de los que dispone en la actualidad DGT.
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