La obligatoriedad del casco no llega a la ficción del cine

El cumplimiento de las normas de tráfico se ha hecho no sólo por las necesidades del momento, sino también por la propia seguridad, más exagerado. Una de las medidas que más polémica ha desatado en la actualidad como el uso del casco para las bicis y que es uno de los grandes cambios del Reglamento, no ha sido nunca prioridad y más bien un estorbo en el mundo de la ficción del cine.

Llevar un casco y mantener glamour o una imagen sexy parece ser que está reñido en el mundo del cine. No es casualidad que a lo largo de numerosas películas en la historia del séptimo arte, los protagonistas hayan salido con sus cabellos al vuelo a lomos de motos o bicicletas sin este sistema de seguridad en sus cabezas. Una generalidad que sólo la película de ‘Larry Crown‘ rompió, cuando se vio obligada a pagar una multa de tráfico de 30.000 euros por mostrar a sus protagonistas yendo en moto sin protección. Tal caso nos hace mirar para atrás y contemplar que esta medida no ha sido nunca penalizada como ahora.

‘Vacaciones en Roma’, es un claro ejemplo de ello. A lomos de una vespa la siempre estilosa Audrey Hepburn y un galán de época Gregory Peck, recorrían las caóticas calles de Roma sin ningún casco que les protegiese o sirviese de ejemplo para los ciudadanos de cara a la seguridad vial.

Otro clásico del cine esta vez de 1963, ‘La Gran evasión‘, no solo combina de infracción la falta de casco cuando se circula en moto, sino altas dosis de velocidad para subir adrenalinas de la magnífica e inexpugnable prisión en la que se encuentran y quieren fugar los protagonistas.

Y como gran ejemplo de cúmulo de infracciones sin multa de tráfico en la ficción del cine, nos tenemos que acercar al extraterrestre más querido de todos los tiempos: ET. En esta película se alcanzan cotas ya que podrían ser superlativas en lo referente a sanciones y que nunca dieron lugar a tal polémica. Una escena concreta del film lleva a los protagonistas a ir en bicicleta, con paquete de extraterrestre incluido en la cesta, sin cascos y surcando los aires. Un claro ejemplo de que las concesiones están hechas para el cine.