Ir en bicicleta no redime de las multas de tráfico: son para todos, sí o sí. Leemos en El País una anécdota acabada en multa que le sucedió a un ciclista en Barcelona. Circulaba por la calle y, al pasar bajo un semáforo en ámbar, la policía acabó por multarle, pero por haber pasado el semáforo en rojo.
El lector, que es quien escribe esta carta al periódico, indica que le ha llegado una sanción a casa, por 200 euros y cree que «además de equivocarse y no responsabilizarse de las incoherencias de la señalización en relación a la bicicleta, multan igual a una bici aunque no mata a nadie en el tráfico».
Sí es cierto que todos los vehículos que circulen por las carreteras, sean motorizados o no, han de atenerse a las normas de circulación, ya que sino sería imposible hacer cualquier viaje, aunque sea mínimo, pues sería un caos. Eso sí, cada vehículo tiene unas características especiales con las que las autoridades han de contar. La bicicleta es especial, tal y como recuerda el ciclista multado (e indignado) que escribe a El País: «no hace ruido, no molesta, no contamina el aire ya sucio y no usa combustible fósil». Por tanto, ¿qué mejor que fomentar el uso de un vehículo que no hace daño a nadie?
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