La consolidación de las bicicletas eléctricas en ciudad

La bicicleta eléctrica (e-bike) o pedaleo asistido (pedelec) es básicamente una bicicleta convencional a la que se le ha acoplado un motor eléctrico en la rueda delantera o trasera para ayudar en el avance de la misma en el momento en que se empieza a pedalear. La energía es suministrada por una batería portátil que se recarga en la red eléctrica, o desde cualquier otro punto de la red, como un móvil.

Su regulación viene contemplada en la Directiva 2002/24/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 18 de marzo de 2002 relativa a la homologación de los vehículos de motor de dos o tres ruedas y por la que se deroga la Directiva 92/61/CEE del Consejo.

Tienen la misma consideración a todos los efectos que una bicicleta convencional, quedando pues excluidas del régimen jurídico de los vehículos a motor siempre y cuando reúnan estas características (artículo 1.1 h) de la Directiva:

«las bicicletas con pedaleo asistido, equipadas con un motor eléctrico auxiliar, de potencia nominal continua máxima de 0,25 kilovatios, cuya potencia disminuya progresivamente y que finalmente se interrumpa cuando la velocidad del vehículo alcance los 25 km/h, o antes si el ciclista deja de pedalear

Es decir, no requieren ni permiso ni seguro, por lo que se han valorado incluso como alternativa de conducción para aquellas personas que han perdido su saldo de puntos del carnet de conducir.

Obligaciones para las bicicletas eléctricas

No hay que olvidar que aquellas bicicletas en las que la potencia del motor supere los 250 W o los 25 km/h, tienen la consideración de un ciclomotor y, por tanto, hay que matricularla, tener seguro y pasar la correspondiente ITV.

A la vista de sus ventajas para el medio ambiente y la circulación, el Ayuntamiento de Madrid ha puesto a disposición de los ciudadanos, desde el mes de junio de 2014, un Servicio Público de bicicleta eléctrica como medio alternativo de transporte con más de 1560 bicicletas repartidas entre 123 estaciones conocido como BICIMAD.

Todo ello para favorecer un modelo de movilidad más sostenible y el fomento de hábitos de transporte más equilibrados y saludables.