La normativa de la DGT permite a cualquier persona denunciar una infracción por propia iniciativa y que acabe en una sanción: así se puede hacer.

¿Permite la DGT que te pueda denunciar y multar otro conductor?

Foto: autocasion.com

Los agentes de tráfico ponen en España cada año cerca de 5 millones de multas por infracciones al código de circulación, pero a tenor de lo que se ve cada día en las carreteras podrían ser muchas más. Al volante de un coche o como peatones en la calle son numerosas las ‘locuras’ que se observan: bastan unos pocos minutos mirando el tráfico para confirmarlo.

¿Y si nosotros mismos pudiéramos denunciar todas las infracciones que vemos?

La respuesta es que, sí, podemos. Es una modalidad minoritaria, pero la DGT recibe denuncias de este tipo y cada vez llegan más de colectivos muy concretos: ciclistas y motoristas están empezando a presentarlas.

La normativa de tráfico contempla la posibilidad de que un particular, cualquier ciudadano, denuncie conductas irregulares en la circulación. Según explican desde la Dirección General de Tráfico, sí se producen denuncias por esta vía: se contabilizan unas 2.500 al año. Son una mínima parte de las que se tramitan cada ejercicio por infracciones al reglamento de tráfico.

Cómo denunciar

La práctica totalidad de las denuncias de tráfico empiezan con la intervención de los agentes, pero también pueden ser iniciadas por particulares que quieran alertar sobre alguna infracción o comportamiento contrario a la normativa. Hay dos formas. La primera consiste en presentar un escrito de denuncia ante la jefatura de tráfico correspondiente, que le dará el trámite oportuno.

La segunda fórmula requiere acudir a un puesto de la Guardia Civil a denunciar los hechos constitutivos de la supuesta infracción. Allí los agentes confeccionarán un boletín de denuncia convencional, pero con una diferencia importante. En todo momento se dejará claro que se trata de una denuncia ciudadana, no a instancias de un agente.

 

La autoridad de los agentes

Esta es la clave para la segunda parte de toda denuncia: que surta efecto. La denuncia voluntaria carece de un elemento fundamental, el efecto jurídico de prueba que sí concurre en el caso de una denuncia formulada por un agente de la autoridad como puede ser un miembro de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

Este es un detalle muy importante porque determina en buena medida si le denuncia va a prosperar o si, por el contrario, está condenada a quedar sin efecto.

Grabar como protección

La carga probatoria es la clave de las denuncias ciudadanas de tráfico y la explicación a una costumbre que se va arraigando entre motoristas y ciclistas: dejar grabado lo que ocurre mientras circulamos. Según la DGT, cada vez son más las denuncias de usuarios de estos vehículos, los más vulnerables, que llegan a las jefaturas respaldadas por imágenes de vídeo. De este modo, tienen más posibilidades de prosperar.

Según la DGT, la falta de carga probatoria deja sin efecto real muchas de estas denuncias: el simple testimonio de haber presenciado una infracción no es suficiente como sí lo sería en el caso de haber sido denunciado por un agente de la autoridad, a cuyas observaciones sí se concede el peso de la veracidad.

 

Cada vez más afectados optan por aportar grabaciones para defenderse

No obstante, este es un aspecto que puede cambiar. Cada vez más afectados optan por aportar grabaciones o imágenes tomadas con dispositivos a bordo del vehículo, algo que empieza a ser frecuente ya que su uso se ha generalizado.

Incluso muchos vehículos de nueva construcción equipan cámaras para asistir a diversos sistemas de seguridad y ofrecen la posibilidad de grabar mientras circulamos. Así que es posible que, en un futuro cercano, se haga realidad eso de poder denunciar a otro conductor y que nuestro ‘chivatazo’ acabe en una multa de verdad.

Fuente: elnortedecastilla.es

 

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