Prácticamente nadie está preparado para sufrir un accidente de tráfico. Y si lo está, mal asunto. Como es normal, nadie se espera que pueda suceder un siniestro y a todos los que lo hayan sufrido alguna vez les habrá pasado lo mismo: una primera reacción de pánico. ¿¿Y ahora qué hago??
Prevenir nunca está de más, así que lo mejor es que tengas claras una serie de indicaciones para llevar a cabo en caso de que sufras un accidente.
Lo primero, por supuesto, preocuparte de tus pasajeros: ¿están todos bien? En caso de que hubiera algún herido, no lo muevas hasta que no lleguen los servicios de emergencia (a los que por supuesto tienes que llamar enseguida). Si estáis todos bien, comprobad si los ocupantes del otro vehículo están todos bien también, por si necesitaran vuestra ayuda.
Es importante que retires tu coche de la vía. Si se puede mover, ponlo en el arcén, coloca las luces y señalizaciones de emergencia y poneos los chalecos reflectantes. Que te vean los que siguen circulando.
Después de eso, llega el momento de hacer el parte del accidente. Lo mejor es hacer una Declaración Amistosa, pero no siempre puede llegar a algo tan pacífico. Si uno no está de acuerdo, no se podrá firmar. En ese caso, tendréis que esperar a que sean los investigadores los que determinan quién tuvo la culpa.
Lo más importante ya sabes lo que es: mantener la calma en todo momento, tanto si se trata de un accidente grave como si se trata de una pequeña colisión. No pierdas los nervios, si tienes el seguro y los papeles del coche en regla, no pasará nada.
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