Con el fin de evitar que la urbanización de La Moraleja se convierta en una zona de paso o en un improvisado atajo para llegar a la A-1, se han tomado medidas drásticas y el Ayuntamiento de Alcobendas ha decidido en determinadas horas del día, que aquellos conductores que no sean residentes y se atrevan a pasar, paguen por ello.

Si no se es vecino de Alcobendas o no se tiene la excusa de tener a los niños escolarizados en la zona, a partir de ahora cruzar en coche será más difícil y por supuesto no saldrá gratis como hasta ahora se venía haciendo. Para exclusivizar más la zona y evitar que en hora punta se llene de tráfico, Alcobendas ha restringido el paso a una de las principales vías de la zona residencial entre las 7.30 y 9.30 horas en días laborables.

De esta forma lo anuncia un cartel en el acceso a La Moraleja por el Paseo del Conde de los Gaitanes que está custodiado además por una cámara que se encargará de leer las matrículas de los coches que circulen en uno de los sentidos de esta vía principal que da con la A-1, la autovía de Burgos.

Una manera polémica, desde luego, pero eficiente para terminar con un recorrido que se considera «goloso» para que la gente ataje y alcance antes la autovía. El motivo que ha sido determinante para llegar a tomar esta decisión ha sido que se trata de una zona residencial que concentra gran volumen de tráfico por esta razón de rápido acceso a la A-1, dejando sin espacio ni aparcamientos a los residentes de la zona. Una improvisada ratonera que a base de multas de tráfico se pretende despejar.

Quedarán exentos de estas sanciones de 80 euros, las familias con hijos en colegios que previamente tendrán que darse de alta en el sistema, así como los residentes de Alcobendas, un municipio con 113.160 habitantes, que quiere seguir manteniendo ciertas comodidades e intimidad.

Fotografía: Gorka Lejarcegi