Si nos resulta inevitable ocultar una sonrisa cuando vemos un ejemplo de ‘cazador, cazado’, con la de innumerables situaciones de corrupción y abusos que son el pan nuestro de cada día, ésta nos durará bien poco en el caso en el que se ha visto implicado el edil de seguridad de Torrevieja. Un cazador, cazado, que modificó una señal de tráfico después de haber sido multado.
El caso que nos ocupa interés en cuestión, lo ha protagonizado el concejal de Policía de Seguridad Ciudadana, Vía Pública y Tráfico del Ayuntamiento de Torrevieja, Eduardo Gil Rebollo, cuando recibió una multa de tráfico por estacionar más de tres horas su todoterreno en una zona señalizada como carga y descarga. Su acción o mejor dicho no acción, al mantener el vehículo en una zona prohibida a determinadas horas, le valió una sanción de 90 euros, que se le quedaría en 45 con el importe reducido. Nada que desconozca cualquier persona acostumbrada a sortear las dificultades del estacionamiento en ciudades. Lo curioso del episodio, es que en menos de dos días esta señal sufrió unas modificaciones que librarían de culpa al edil.
La anécdota que ha levantado ampollas entre los ciudadanos que una vez más contemplan atónitos los vericuetos y artimañas con las que cuentan los políticos, ofrecía un amparo de 3 horas de libre aparcamiento en sustitución de la prohibición de estacionamiento hasta las 21 horas original que indicaba la señal de tráfico. Justo el tiempo de más que había dejado el concejal su vehículo en la zona. Coincidencias que ponen de manifiesto que quien hace la norma, desde luego que hace la trampa.
Algunos políticos se creen que en vez de estar ellos al servicio de ciudadano o del municipio, es al contrario. Y que su cortijo es su municipio. Pero me pregunto yo, para que esta la oposición municipal, las asociaciones de vecinos, los sindicatos o los mismo ciudadanos que tiene el poder legítimo mediante el sufragio universal de combatir estas acciones. Pero al final no aprendemos, así nos va.