Por librarse de una multa de tráfico cualquier excusa puede resultar buena. Esta estrategia es la que ha decidido adoptar Michael Ballack, exfutbolista alemán, aunque creemos que sus argumentos no han conseguido el efecto esperado. Para el ex-capitán de la selección alemana, se pide una multa de casi 10.000 euros y la retirada del carnet durante dos años al haber sido pillado el pasado 17 de octubre circulando a 211 kilómetros por hora en la A-5 de la provincia de Cáceres.
Sin embargo ante la dura pena que supone esta grave infracción, el abogado del exfutbolista en un intento desesperado de esquivar la multa de tráfico ha alegado que no cuenta con suficientes ingresos para hacer frente a tal gasto. Un argumento que no resulta para nada convincente, si tenemos en cuenta los sueldos que se barajan en primera división en el fútbol, más el propio plus de formar parte de la selección. Una excusa a la desesperada llamaríamos a esto. Y siendo consciente tanto él de las risas que tal ocurrencia desataría en la opinión pública, ha decidido despedirlo para reforzar de verdad su defensa.
El primer error que cometió su abogado fue amparar la situación de Ballack como extranjero, en la que se puede llegar a pensar que desconoce las normas, y por esta razón solicitaba su absolución ya que en su país existen zonas donde se puede circular a esa velocidad, solamente limitado en zonas de concentración de accidentes. El remate que ha puesto la guinda en este argumento y ha logrado conmocionar y enfadar más a la opinión pública ha sido el hecho de intentar reducir la multa a mínimos alegando que el que hasta hace poco fue futbolista carece ahora de trabajo y de ingresos para hacer frente a un pago tan grande.
Unas declaraciones muy poco empáticas con la situación tan dramática que muchas familias viven a diario con la crisis, que le ha costado el empleo al abogado del exfutbolista.
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