Un radar con tradición que sigue saliendo muy rentable a la Dirección General de Tráfico (DGT) aunque cada vez haya más conductores concienciados de los límites de velocidad que tienen que llevarse en este tramo de carretera si se quieren evitar multas de tráfico.

El radar de Despeñaperros es un clásico dentro de los radares. Su ubicación en la A-4 a la altura del municipio de Santa Elena, es tan conocida por los conductores como la insigne Casa Pepe en la que todos en algún momento han parado para degustar sus bocadillos. Sin embargo esa celebridad no disminuye el número de multas que muchos conductores reciben a causa de este radar.

Este dispositivo situado para controlar la velocidad de los vehículos que circulan entre los kilómetros 242,099 y 245,229  de la A-4 dirección hacia Madrid es uno de los que más excesos capta de toda la geografía española. Un punto que le convierte en uno de los principales focos de multas si se tiene en consideración que la Autovía del Sur es una de las más transitadas durante las épocas vacacionales.

El continuo tráfico unido al límite impuesto de 100 km/h al tratarse de una zona con un paraje complejo, son los principales motivos que llevan a que este punto geográfico concentre un alto número de sanciones. Unas multas que se basan en el exceso de confianza de los conductores al ver que están en una autovía de reciente construcción lo que les anima a pisar el acelerador, desobedeciendo el límite  marcado.

Por ello conociendo la teoría sólo nos queda ahora obedecer los límites para evitar que por ejemplo en este puente se sumen más multas a los logros de este tradicional radar de velocidad.