Este radar se encuentra en Cataluña y ha conseguido cinco millones de euros en multas en solo tres años, cuando la media ronda los 160.000 euros anuales. Sin embargo, no logra reducir víctimas.
El Servei Catalá de Trànsit cambiará la ubicación de los tres radares de velocidad que más recaudan anualmente en mutlas, situados en la C-33, la C-16 y la B-23, por considerar que no cumplen la función para la que fueron instalados. Según ha informado el SCT, el radar de la C-33 a su paso por Montcada i Reixac (Barcelona) se moverá unos kilómetros, igual que el de la C-16 a su paso por Navas, situado actualmente en una recta con suficiente visibilidad.
El tercero de los radares que está previsto modificar es el de la B-23 a su paso por Molins de Rei (Barcelona), que por el momento se reprogramará para adaptarlo al sistema de velocidad variable.
Cada uno de estos tres radares señalizados, los que más multas provocan de Cataluña, recaudan anualmente de 1 millón a 1.4 millones de euros. En declaracionesa Televisió de Catalunya, el director del Servei de Català de Trànsit, Joan Aregio, ha considerado que un radar que al cabo de los años sigue sancionando mucho es que no ha cumplido el objetivo para el que se instaló.
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