Un viaje en taxi no es sinónimo necesariamente de diversión y conversación desatada pero entre la timidez y la educación que el conductor pueda tener, hay bastantes diferencias que pueden determinar que un servicio sea deficiente para el cliente. Este límite superado con creces por Nicholas Charles Brown, australiano, le ha valido el título del taxista con peor reputación del planeta al acumular 17 denuncias por sus malos modos.
Sus historias que pueden servir para recrear a un personaje estridente de novela y que van desde cobrar de más, dar mal las devoluciones, ser agresivo y conducir peligrosamente o fumar dentro del vehículo le han llevado a ganarse esta fama y a acumular hasta 17 reclamaciones que finalmente le han valido su licencia.
Sin embargo entre las situaciones más desagradables que ha protagonizado este taxista australiano y que le han costado hasta multas económicas antes de verse sin licencia, destaca la carrera en la que Nicholas decidió deleitar a sus dos pasajeras con un improvisado concierto. Ataviado con gafas de sol y con la música a todo volumen no dudó en dejar atónitas a las clientas cuando comenzó a cantar en voz alta. Como colofón de su actuación y conducción violenta, las pasajeras decidieron llevarse de recuerdo una fotografía en la que una lata de alcohol delataba y demostraba la explicación a esa actitud.
En otra ocasión su intento de estafa también fue denunciado y penado con sanción al hacer un recorrido lleno de desvíos para intentar cobrar lo máximo posible al cliente que pertinentemente se percató de la estrategia. Pero lo que realmente ha sido el detonante para poner de manifiesto que se trata del taxista con peor reputación en el planeta, fue su episodio en un aeropuerto con una mujer embarazada. Ésta le pidió ayuda con las maletas y el polémico conductor le respondió con un «lo puedes hacer tú» sin ningún miramiento. Estos antecedentes le han dejado sin licencia aunque ahora sea en el mundo entero conocido por su falta de educación y modos.
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