La presión que muchos ciudadanos soportan con los gastos naturales al mes se ha hecho especialmente dura desde que comenzase la crisis económica que asola al país. Esto se recrudece y se hace insostenible si a eso se le suman gastos imprevistos como por ejemplo los derivados de multas de tráfico. Todo ello ha generado que se dispare la morosidad y por ello los Ayuntamientos están decididos a endurecer las medidas para no quedarse sin recaudar.

Este mismo estricto planteamiento ha decidido adoptar precisamente el Ayuntamiento de Zaragoza al comprobar como desde que comenzase la crisis económica, muchos ciudadanos han decidido no pagar sus multas y la cifra de impagos se extiende ya a casi diez millones de euros en los tres últimos años. Unos datos que han alarmado a los partidos políticos y que es probable que terminen movilizando al Ayuntamiento para que con ello no se perjudiquen las arcas municipales.

«Muchas personas se están mofando de la Administración y de los que sí pagan sus impuestos», tal como indicaba el concejal popular Enrique Collados durante la Comisión de Economía y Hacienda. Apoyando esta vertiente se exige un mayor control a los Ayuntamientos, los cuales ya emprenden para cobrar sus multas los métodos de compensación y de embargo de cuentas, como medios más generalizados, aunque «la gente comience a saberlo o no tenga dinero en dichas cuentas» para sufragar sus deudas.

 

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