La señal de un radar cercano siempre nos hace pisar el freno y reducir la velocidad para esquivar la pertinente multa que recibiríamos si en todo caso desobedeciésemos la señal. El problema se presenta -y de los gordos- cuando dicha señal es inexistente y los radares se encuentran escondidos al acecho de los confiados que aman más de la cuenta la velocidad.
Esto es lo que sucede en Málaga, en donde en tres puntos concretos sin radar señalizado los conductores reciben multas al parecer por pecar de exceso de velocidad. De manera precisa dos se encuentran en la A-45, entre Las Pedrizas y Casabermeja, sentido Málaga y un tercer punto conflictivo estaría en el túnel de Cerrado de Calderón en Málaga sentido Almería.
Un hecho que ha puesto de manifiesto y ha abierto el debate entre los conductores por el afán recaudatorio de la Dirección General de Tráfico (DGT) al mantener tres radares ocultos de los otros siete que cuenta la provincia, para «pillar in fraganti» a los que pisen el acelerador.
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