Como colofón a la fiesta de la recaudación y a solo dos días de disfrutar de la esperada jubilación, un agente no perdió ni ritmo ni mucho menos intensidad en la tarea de imponer multas a los conductores. El resultado, 205 sanciones en un periodo de tiempo corto. Una filosofía llevada al extremo.
Los objetivos que tienen los agentes para no perder su complemento salarial y que les obligan a imponer un número determinado de multas, se ha convertido para muchos con la presión en una auténtica obsesión. Tanto es así que utilizan cualquier pretexto para lograr materializar las sanciones aun desobedeciendo las normas. Éste sería el ejemplo de un agente de Vitoria que desempeñando sus funciones hasta el final, ha multado a 205 conductores en dos días.
La acción casi convertida en proeza y todo un récord a nivel recaudatorio no está exenta de polémica al haber desobedecido las órdenes del alcalde de Vitoria con tal de multar. Una despedida por todo lo alto que se ha conseguido con un radar móvil que el agente dispuso contra lo establecido en una diferente ubicación. Esta decisión se ha materializado en 205 conductores multados por velocidad en apenas 48 horas.
Una venganza en multas de tráfico
Una polémica servida y que incluso ya ha encontrado críticas por parte del concejal de Vitoria que califica la acción como una «gamberrada» y que escudándose en la próxima jubilación ha hecho que un agente obrara de manera independiente sin respetar los criterios ni pactos con los ciudadanos. Un arrebato según definen desde la alcaldía, que no implicará que las sanciones se vayan a retirar, aunque reconozcan que se ha obrado con una conducta desobediente y completamente individual.
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