Existen muchos tipos de infracciones y multas, pero el caso que se describe a continuación es un posible ejemplo no del todo aislado de multa por venganza y de la autoridad desmedida con la que cuentan los agentes para determinadas situaciones y contextos.
La Audiencia de Vizcaya finalmente ha optado por absolver a un agente de tráfico de Bilbao de un polémico caso de abuso de la autoridad. Sin poder probar que la infracción de tráfico recogida por el agente «hubiera tenido lugar», aunque con discrepancias en el mismo tribunal, el fallo ha exculpado al agente de una multa de tráfico por ‘venganza’.
Los hechos se produjeron en el mes de Octubre cuando el agente impuso una sanción a un Volvo que circulaba por la calle Sabino Arana de Vizcaya y al parecer éste se saltó un semáforo en rojo. La casualidad quiso que dicho vehículo perteneciese a una clínica dental de la que había formado parte en la plantilla de trabajo, una amiga de la mujer del agente, que en la actualidad había sido despedida.
El testigo contradictorio
Sin embargo la cuestión y polémica surge ante el testimonio de un testigo que considera que en ningún momento pudo haber posible infracción, dado que vehículo multado estaba estacionado en dicha fecha en la localidad madrileña de Móstoles. Una serie de coincidencias que pueden hacer (mal)pensar en una posible venganza del centro a golpe de multa.
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