Los ciudadanos de Pamplona tienen ahora dos nuevos motivos para estar pendientes de la circulación, debido a que cuentan en la plantilla de la Policía Municipal con nuevos ‘fichajes’ que resultan de lo más curioso. Se trata de dos dispositivos denominados ‘policías virtuales’ que guardan ciertas similitudes humanas aunque se traten de dos estructuras a modo de  robots, dedicados en un principio a solicitar información y ayuda a los ciudadanos.

Su ubicación en plena plaza Sanduzelai en el barrio de San Jorge y en la plaza Alfredo Floristán en el barrio de la Milagrosa supone un referente interesante para todos aquellos que acudan en busca de información o ayuda. Sin embargo las ‘malas lenguas’ no han tardado en considerar que esta iniciativa termine alejándose de su propósito primero y se convierta en un mecanismo capaz de registrar y visualizar acciones como si de una cámara se tratase, que tenga por función finalmente, la imposición de multas de tráfico para recaudar más.

Mientras esta posibilidad remota se pudiese llevar a cabo, estos agentes virtuales equipados de un pulsador, un interfono y dos cámaras, una dirigida a ajustar y enfocar al ciudadano mientras la otra panorámica de los alrededores, llevan una labor meramente informativa que no requiere de excesivas instrucciones.

Para demandar su atención, sólo es necesario situarse enfrente del ‘agente’, presionar el interfono y rápidamente se establece una comunicación con el Centro de Coordinación Operativa de la Policía Municipal (CECOP), destinada a solventar los problemas de una manera visible al solicitante. Unos fines claramente definidos que ofrecen un interesante servicio a los ciudadanos aunque tengan implicado el problema de su elevado coste y las derivaciones que de su uso se pueden llegar a hacer en un futuro.

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