Hay determinadas actitudes que no pueden estar permitidas al volante, simplemente porque son de auténtico riesgo para los otros conductores. Son como una bomba que en cualquier momento puede estallar. Y coincidiendo con la proximidad de la operación salida de verano y ante el aumento de la mortalidad en un 7,2% en las carreteras, la Consejería de Interior y el Servicio Catalán de Tráfico quieren curarse en salud y se han puesto para ello manos a la obra.
De este modo se ha establecido que los conductores que cometan las imprudencias de adelantar invadiendo el carril contrario, en curvas o en cambios de rasante sin visibilidad; de circular a más de 190 kilómetros por hora o de superar la tasa de alcoholemia repetidamente, tendrán que pagar más caras sus multas. Estas actitudes consideradas de riesgo se penalizarán con un 30% más de encarecimiento para intentar frenar una corriente que no hace ningún bien a nadie.
En la misma línea de la operación verano y del aumento de accidentes en esas fechas, los Mossos d’ Esquadra realizarán más controles policiales, que unido a más avisos y logotipos en las carreteras, intentarán por todos lo medios que el verano no quede en el calendario teñido de negro.
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