Los agentes de Córdoba cuentan con un problema añadido en su trabajo diario. El estado ruinoso de los coches que patrullan los alrededores de la prisión provincial les obligan en determinados casos a hacer la propia vigilancia a pie dado que no hay dinero para mantenerlos.

Se tratan de vehículos viejos que han pasado por numerosas reparaciones que no han logrado combatir ni el paso del tiempo ni los kilómetros que acumulan sus maltrechos motores. Esto unido al mal uso dado por alguna persona, ha hecho que la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) haya estallado en protestas al aparecer por arte de magia numerosos destrozos en el interior de estos vehículos que nada tienen que ver con el paso del tiempo.

Tapicerías destrozadas, asientos rotos o diversas averías internas han obligado a los agentes a hacer las rondas o vigilancias a pie dado el estado lamentable que presentan estos vehículos. Este hecho protestado hasta la saciedad es calificado de «lamentable» por los agentes  además de considerar que las continuas reparaciones que llevan estos vehículos son «inútiles» ya  que suponen una «perdida del escaso presupuesto disponible».

Otro punto interesante y que se deberían dedicar a investigar es si ese estado ruinoso al que se ha llegado es el resultado de un descuidado mantenimiento, más cercano a la mano humana que a los estragos del tiempo. Cuestiones a resolver que implican después de todo que los agentes tengan ahora que llevar su vigilancia y trabajo a pie.

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