Los radares y el conflicto con la seguridad vial

Los radares de velocidad son el instrumento por excelencia con el que se controla los excesos de velocidad y el pilar de la argumentación de Tráfico para la defensa de la seguridad vial. Sin embargo los datos reales dejan en evidencia la labor de estos dispositivos en lo que a seguridad se refiere.

De sobra sabemos prácticamente sin cuestión alguna, la eficacia de los radares como método recaudatorio. Cada vez estos dispositivos son el recursos más cotizado en toda carretera y se elevan sus cifras entre los tramos de autovías y carreteras convencionales. Todo ello lo respalda la Dirección General de Tráfico (DGT) con un argumento que difícilmente se sostiene en el que mantienen que estos dispositivos aparecen y aumentan para velar por la seguridad de los conductores.

¿Es cierto que los radares pueden suponer más una distracción que un elemento para garantizar que se cumplan las normas y la seguridad vial de los conductores? Los datos oficiales de seguimiento de siniestralidad nos dejan un ejemplo claro que podría servir para responder a esta misma pregunta. Tenemos el caso del País Vasco, segunda comunidad autónoma española con más radares por cada mil kilómetros de vía, que se posiciona en cabeza del ránking de aumento de fallecidos en lo que va de 2015.

Menos radares, menos víctimas

Esto se completa con el curioso caso de Navarra, la comunidad autónoma que cuenta con menor número de radares en sus carreteras y que sin embargo es la que ha experimentado un mayor descenso en el número de sus fallecidos . Por lo que tal vez haya que tener en cuenta o empezar a pensar que la presencia de radares en las carreteras, resulta también una distracción importante a la hora de conducir, que nos hace estar más pendientes de evitar multas, que de mantener la adecuada atención en las vías.

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