En las vías españolas, puedes encontrarte continuamente radares. Su fin no es otro que limitar la velocidad de los conductores, aunque existe una polémica bastante extendida sobre si están ahí para ‘obligar’ a una circulación más segura o para recaudar dinero. Cada uno tiene su opinión.

Hay varios tipos de radares en nuestro país:

– De tramo: hemos hablado ampliamente de ellos ya que son los últimos que se han instalado y entrado en vigor en nuestras carreteras. Son más justos que otros, ya que miden la velocidad media en un tramo de carretera.

– De cabina: son probablemente los que más hayas visto, o los que más recuerdes. Son fijos y están al lado de la calzada, en autovías, autopistas o carreteras secundarias. Tienen forma de cabina, como su nombre indica.

– De pórtico: estos se sitúan en los paneles informativos o en otros pórticos de las autovías o autopistas. También son fijos.

– De poste: estos son más propios de las ciudades. Su forma te la puedes imaginar: son como un poste con una caja encima.

– Móviles: se colocan en distintos lugares: desde los arcenes a detrás de los carteles o encima de los puentes. Algunos se pueden poner en coches, aunque no todos puedan multar a vehículos en marcha.

 

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