Son esenciales para movernos tanto por carretera como por ciudad, nos indican y avisan de todo lo que nos vamos encontrando y la manera en que debemos actuar para salir airosos en determinadas situaciones. En resumen, podemos decir que las señales de tráfico son muy importantes en nuestro día a día, ¿pero en exceso pueden suponer un peligro? Aunque no lo creamos en un principio, sí que pueden provocar un perjuicio para nuestra seguridad.

La crisis económica y las restricciones que por ella se han tenido que hacer en las carreteras son los principales factores que han impulsado un aumento en la puesta de señales que alcanza ahora en verano su cota máxima. El problema dado, es que los recortes han hecho que si antes «había una curva peligrosa, y lo que se hacía entonces era corregir su trazada, por el contrario ahora, se pone una señal de aviso del peligro y ya está», tal como declara Javier Izquierdo, director de Operaciones de Tecnivial.

Asimismo, y como alternativa a que se hagan reasfaltados de pavimento u otro tipo de mejoras que puedan suponer más gasto, este incremento de las señales de tráfico puede llevar al equívoco o el despiste en muchos casos a los propios conductores, debido a que tanto por poco como por exceso se puede pecar. Los que se beneficiarán sin duda por este aumento de las señales serán las compañías dedicadas a su fabricación que verán como la crisis recorta de unos polos y en su caso les sirve para llenar los bolsillos.

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