La posibilidad de acogerse al pronto pago que implica una reducción de la multa de tráfico al 50%, sería el principal responsable de que aunque se pongan menos sanciones a los conductores, se haya disparado en este tiempo la recaudación.

Para entender esta extraña paradoja nos tenemos que remontar a mayo de 2010, momento en el que entró en vigor la reforma que se hizo de la ley de seguridad, que velaba para que los ingresos a través de las multas de tráfico fueran menores y de esta forma se lavase el claro afán recaudatorio. Los cambios se notaron en el precio de las multas además de ampliar el descuento por pronto pago del 30 al 50 por ciento. Una expectativa que a todas luces parecía favorable y que ahora en cifras demuestra todo lo contrario.

Los conductores ante la llegada de una multa, considerando que les era más difícil recurrir la sanción, se acogen sin pensarlo al 50% y lo que pretendía alejarse de la recaudación, ha acelerado precisamente todavía más este afán recaudador. De esta forma el conductor ha perdido la posibilidad de llevar adelante sus alegaciones y se ha acostumbrado a pagar sin protestar ante situaciones injustas, un motivo que unido a la crisis económica ha servido como poderoso instrumento para llenar las maltrechas arcas del Estado.

Por ello, no es de extrañar que aunque en la actualidad se impongan menos multas de tráfico (según los datos de la memoria de la Dirección General de Tráfico), estaríamos hablando de 300.000 sanciones menos, se haya incrementado por contra la recaudación en seis millones de euros.

Esta realidad queremos desde Pyramid Consulting que quede patente para que los conductores no renuncien de primeras a recurrir sus multas de tráfico cuando estén ante situaciones injustas. Con el pronto pago, se aprovecha como elemento recaudador el temor a tener que pagar la totalidad de la sanción y se termina dejando a un lado la posibilidad de defensa ante múltiples injusticias y abusos que se comenten diariamente.

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