Los acontecimientos que tuvieron lugar la pasada semana en Mijas, municipio de Málaga, al volcar un trailler que provocó retenciones kilométricas en la A7 por exceso de velocidad, han dado lugar a que el equipo de gobierno del Ayuntamiento cuestione la utilidad en concreto de dos radares que controlan la velocidad de esta carretera.
Al parecer se trata de un tramo con un trazado que presenta bastantes deficiencias que unido a la velocidad de los vehículos lo convierte en un punto de especial siniestralidad aun estando el límite en 80 kilómetros por hora. Precisamente, la queja del Ayuntamiento radica en que contando con estas características que le han llevado a protagonizar numerosos incidentes, este punto no cuenta con los controles necesarios, mientras que los dos radares que custodian esta carretera se ubican en amplias rectas que en un principio entrañarían menos peligro para los conductores.
En su empeño está que se reubiquen esos dos radares «a los lugares que correspondan más oportunos» porque consideran que se convierten en mayor peligro si se mantienen estos en las rectas al adoptar los conductores el patrón de frenar en la recta, para después «acelerar y entrar en la curva a más velocidad de lo permitido» lo que a su juicio «es lo que provoca los accidentes».
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