Multas de tráfico impuestas sin comprobación personal

Entre las tareas que se presuponen que deben tener los agentes de tráfico y sin ser una absoluta prioridad que en muchos casos no se cumple por el afán recaudatorio y los incentivos que derivan de ello, se encuentra la imposición de multas de tráfico cuando existen infracciones manifiestas. Un deber que requiere una comprobación que no siempre se lleva a cabo con rigor.

Se esconden tras las calles, ocultos también en coches camuflados cuando la situación lo requiere y cuando todo eso falla aunque no estén presentes se han buscado un aliado que les da suficiente confianza para que la puesta de multas de tráfico no se detenga. Esta es la queja de un conjunto de conductores de Pontevedra que en los últimos días se han visto sancionados por estacionar de forma incorrecta, siendo las multas tomadas por el operario de la  grúa.

Los conductores que en ningún momento ponen en cuestión que el vehículo estuviera mal aparcado, centran su queja en que para que estas multas de tráfico hayan sido efectuadas no ha existido una comprobación de los agentes que en ningún momento han acudido al punto para validar la infracción. El método usado parte de una empresa privada, la concesionaria de la grúa que detecta la infracción y la comunica a los agentes a través de medios telemáticos enviando las fotografías.

‘Recaderos’ para las multas de tráfico

Este modo de operar está generando continuas tensiones entre los conductores. Considerando que esto se está convirtiendo en la forma más sencilla de multar, sin tener que comprobar personalmente los hechos y que hace más susceptible el afán recaudatorio al no poder presentar unas primeras alegaciones ante el agente. Las multas de tráfico cuentan ya con ‘recaderos’ para los propios apuntes de los agentes.

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