No parar ante un semáforo en rojo es una práctica que se puede ver a diario en las ciudades y que ocasiona la mayor parte de los accidentes. Las excusas suelen ser variadas, desde un ‘no lo ví’ o ‘no me daba tiempo’, sin embargo ahora en Granada todo quedará bien registrado con las nuevas cámaras que a partir de septiembre se alzarán en sus semáforos.
Éstas, todopoderosas, obligarán a que los conductores granadinos estén atentos y no pasen ni por supuesto aceleren cuando el disco del semáforo se encuentre en rojo, debido a que captarán con nitidez la secuencia además de capturar la matrícula del infractor. Una medida dirigida a que aunque sea a través del miedo los conductores cumplan la legislación nacional en materia de seguridad vial si no quieren hacer frente a una de las multas más caras de la ordenanza, castigada con 200 euros de sanción como mínimo y cuatro puntos menos en el carnet de conducir.
Se pretende así descender la peligrosidad de determinados cruces y concienciar a los conductores de lo importante que es respetar las señales viales al comprobar que seis de cada diez conductores granadinos se saltan con asiduidad la prohibición, poniendo en peligro al resto de coches y peatones.