Los dispositivos recién llegados a la A-2 y A-6, así como la supuesta cámara de vigilancia en la A-1, suponen medidas ‘disuasorias’ para que los conductores respeten los límites de velocidad, velando de esta forma tan poco aceptada por la seguridad vial.
De manera discreta y sin casi hacer ruido, las vías A-2, A-6 y A-1 cuentan con un nuevo elemento a su paso. Se trata de una caja que a todas luces tiene aspecto de radar aunque desde la Dirección General de Tráfico (DGT) no confirman esa información que no consta en su página web donde se encuentra la lista de todos los dispositivos fijos instalados señalizados.
Pueden ser cámaras de vigilancia o un radar todavía en proceso de ser confirmado, el caso es que su función es claramente disuasoria para controlar la velocidad de los conductores y en caso de que estos no respeten lo que marcan las vías, sean castigados con multas de tráfico.
En el caso de la caja instalada en la A-2, carretera de Barcelona, lo podemos encontrar en el punto kilométrico 15, 9 sentido entrada; en el de la carretera de La Coruña, la A-6, está a la altura de Las Rozas en el kilómetro 18,2. Punto estratégico al ser un lugar donde se puede alcanza mucha velocidad y coincidir con la salida del centro comercial. Y por último el posible radar de la carretera de Burgos, A-1, colocado en el kilómetro 14,5 sentido salida, a la altura de la urbanización de La Moraleja en Alcobendas.
Curiosamente emplazamientos donde se permiten alcanzar máximos en los límites de velocidad fijados y que en el último caso de la A-1, en estas últimas semanas había experimentado un aumento tras instalarse esta sospechosa caja. Lo cierto es que aún sin confirmación de si se trata de un radar oficial o una simple cámara, este dispositivo ha logrado que los conductores tengan cautela para no experimentar las garras de la recaudación a su paso.
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