La Dirección General de Tráfico está estudiando la posibilidad de crear una nueva unidad que estaría compuesta por agentes de paisano enfundados en mallas de ciclistas, para vigilar de manera concreta los adelantamientos indebidos en carretera, que ponen en constante peligro a este colectivo.
Para controlar las infracciones de las que a diario resultan víctimas los ciclistas y velando que se cumpla la distancia de separación obligatoria de un metro y medio, podría ser una tarea encargada a una nueva unidad de vigilancia. La peculiaridad de esta propuesta que se encuentra ahora mismo en fase de estudio por parte de la DGT, es que la responsabilidad recaería en agentes camuflados de ciclistas.
La idea es que tal como se actúa con los mismos radares, se utilice el efecto sorpresa para multar a los infractores, los cuales camuflados medirán con láser la separación lateral que dejan los conductores de vehículos motorizados a ciclistas y que les llevarán a hacer frente a sanciones de 200 euros e incluso hasta la pérdida de cuatro puntos del carnet de conducir. Un paso para dar más poder a los agentes, dado que anteriormente y según las declaraciones del secretario general de la Asociación de Ciclistas Profesionales, Alfonso Triviño, «hasta ahora los guardias civiles, no podían garantizar al 100% que un vehículo no había respetado la distancia mínima de seguridad solamente por el hecho de presenciarlo».
Una propuesta con división de opiniones
Las opiniones llegados a este punto están divididas, dado que en la carretera se considera que se tienen que acabar con los adelantamientos temerarios, pero que con esta medida que solicitan desde la Asociación de Ciclistas Profesionales que se está pensando Tráfico, se podría acrecentar el interés recaudatorio, que tan buen servicio les da con los radares escondidos.
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