Quien hace la ley hace la trampa. Eso es lo que debieron pensar dos empleados del control de aparcamiento de la zona azul de Talavera, que ni cortos ni perezosos aprovecharon su propio cargo para quitarse a sí mismos multas interpuestas a vehículos de su propiedad y que ahora han sido despedidos al revelarse estos hechos.

El control rutinario de las recaudaciones confirmó el pequeño secreto que guardaban estos dos empleados del ORA, al haber varias denuncias de matrículas repetidas en los archivos de las que «ni se anulaban en la máquina ni se pagaban», lo que levantó todo tipo de sospechas. La empresa encargada de controlar la zona azul, verificó las recaudaciones y todo ello señaló y apuntó que estos dos empleados se anulaban las multas de estacionamiento de sus vehículos además de a una tercera persona.

Las consecuencias no han podido ser más inmediatas y ambos trabajadores han sido despedidos  como signo de justicia y ejemplo en medio de un importante revuelo popular por aprovecharse y sacar partido de su puesto, mientras el resto de ciudadanos sufren a diario la presión de la zona azul.

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