El tabaco al volante, una mala idea
No hay nada en la ley que diga que el tabaco y la conducción sean incompatibles. Por tanto, no es motivo de multa. Eso sí, lo que está prohibido es distraerse al volante, así que puede ser que por fumarte un pitillo al volante termines con una multa.
El reglamento General de Circulación dice expresamente que no nos podemos distraer al volante. Así, el artículo 18.1 dice expresamente:
«El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos (artículo 11.2 del texto articulado).»
Un multa por culpa del tabaco
Esto supone que, si bien no está específicamente prohibido el tabaco mientras se conduce, sí nos pueden multar por hacerlo. El procedimiento es el mismo que si nos multan por comer o por maquillarnos. La multa sería de hasta 100 euros.
Coincidiendo con el Día Mundial Sin Tabaco, la OMS ha querido hacer un recordatorio de cómo el tabaco es la causa de muerte de más de 6 millones de consumidores directos cada año. Y también por eso Norauto ha querido enumerar 7 motivos para no fumar mientras se conduce.
1. Te pueden sancionar. Como decíamos, si bien no se considera una infracción, sí nos pueden multar por ello. Será el agente el encargo de determinar si el tabaco está afectando a la seguridad.
2. No es bueno para la salud. El tabaco no beneficia ni al conductor ni a los demás pasajeros. Además, como es un espacio tan reducido, el resto de personas que estén en el habitáculo serán fumadores pasivos. Especial cuidado si éstos son niños.
3. Es una distracción. Aunque no lo parezca, encender un cigarro hace que nos distraigamos unos 4 segundos. Puede parecer poco tiempo, pero en esos segundos podemos perder el control.
4. Disminuye la capacidad de reacción. Lo ideal es que las dos manos estén encima del volante en todo momento. Y es innegable que durante el tiempo que estamos atendiendo al tabaco, una mano no está donde debe. Por eso, ante posibles imprevistos se puede perder capacidad.
5. Puede afectar al coche. El tabaco puede dañar los filtros del habitáculo. Así, la calidad del aire dentro del coche también se verá dañada, haciendo que el filtro se tenga que cambiar con más frecuencia.
6. Como consecuenica del punto anterior, incluso mientras no se fuma el aire será menos puro. Eso puede incidir en las alergias y ataques de tos.
7. El mal olor. Puede parecer poco importante, pero el coche de un fumador siempre huele a tabaco, y no es agradable. Además, puede contribuir a los mareos.
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