Viendo su clara eficacia y la difícil previsión a ellos por parte de los conductores, el Ayuntamiento de Madrid apuesta fuerte por los controles para imponer multas de tráfico, basado en el trabajo de los radares móviles que durante el próximo año verán reforzada su actuación en las calles de la ciudad y sus alrededores.
Las bases ya están asentadas y buscando siempre las mejores opciones para incrementar la recaudación con multas, el Ayuntamiento de Madrid tiene previsto ya una serie de gastos para el nuevo año en materia de radares. En concreto, una de las compras que más satisfacciones les dará y que a buen seguro sea más criticada por los conductores y ciudadanos, será la adquisición de un nuevo radar móvil.
Con esta inversión, que supondrá un desembolso de 21.780 euros, se completará una colección compuesta por seis cinemómetros de este tipo, que estarán a disposición de los agentes para controlar las infracciones de la ciudad y sus alrededores. Una manera de actuar que implicará aumentar las cifras de controles de velocidad en busca de multas de tráfico, a través de mayor movilidad con el despliegue de estos dispositivos.
Un objetivo recaudatorio sin disimulo
El objetivo claramente se aleja bastante de lo que se presupone que debe ser la máxima de seguridad vial, buscando todo ello alcanzar los 93,6 millones de euros deseados en recaudación. Un objetivo para el que se están haciendo ahora los deberes con la compra de este nuevo radar móvil, haciendo ya un total de 6 cinemómetros desplazables, además de 26 fijos en semáforo y 27 en la M-30.
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