Los perjuicios económicos son manifiestos en muchos casos, donde la tardanza de la cita previa termina obligando a que sean los propios vendedores de coches los que tengan que hacer frente a las antiguas multas de tráfico o incluso demandas que serían imputables a los nuevos propietarios. Un problema que ha surgido ahora a raíz de la denominada cita previa que cada vez es más frecuente en las Jefaturas de Tráfico.

Desde el establecimiento de la cita previa para realizar las gestiones en las Jefaturas Provinciales de Tráfico se ha logrado terminar con las kilométricas colas y las mañanas de eternas esperas. Sin embargo, esta nueva forma de operar también tiene unas potenciales consecuencias que ya están manifestándose en boca de los vendedores de coches.

El problema que estos plantean es que con la cita previa, se demoran hasta diez días los pasos a dar para los cambios de titularidad de los coches debido a la obligación de este trámite. Esto implica que durante este tiempo, los vendedores son los propietarios del coche en cuestión y por tanto se tienen que hacer cargo de las responsabilidades legales de todo lo que le pueda suceder al vehículo, entre ello las multas de tráfico, aunque éste ya tenga un nuevo dueño.

La medida adaptada de cita previa destinada para «evitar esperas innecesarias y ahorrar trámites y agilizar tiempo» tal como desde un principio marcó la Dirección General de Tráfico (DGT) es ya una realidad en las Jefaturas de Tráfico de Barcelona, Madrid, Gerona, Lérida, Tarragona y Málaga entre otras.  La clave es concertar una cita en la página web de la dgt.es y se asignará un día y hora para llevar a cabo la consulta.

Soluciones para hacer los trámites más rápidos aunque tengan ahora unas potenciales víctimas que no han tardado en quejarse a través de la Asociación Nacional de Comerciantes de Vehículos (Ancove), para no tener que seguir pagando las multas que otros han dejado pendientes en mitad del procedimiento.

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