Si estamos cansados de injusticias o de ver acciones peligrosas en las carreteras cuando los agentes están despistados o no hay radar de paso, (que eso es lo extraño), debemos saber que todos los ciudadanos tenemos por derecho, la posibilidad de formular una denuncia de forma voluntaria, convitiéndonos en improvisados justicieros o en chivatos profesionales.

La multa de tráfico voluntaria es una realidad que no se pone mucho en práctica dado que principalmente por solidaridad y por el excesivo número de sanciones que ya de por sí recibimos con afán de recaudar, queda olvidada aunque es un derecho que pueden ejercer todos los ciudadanos.

Para poder realizar una denuncia de manera voluntaria ante cualquier infracción de tráfico que observemos, basta con ser rápido y tomar nota de la matrícula del vehículo que ha cometido la infracción, junto con una serie de datos tales como el modelo, color y ubicación exacta del vehículo donde supuestamente se ha cometido la infracción. Asimismo y como estamos en un mundo cada vez más digitalizado y contamos con móviles con cámara integrada, se puede aportar como prueba ya irrefutable una instantánea del momento. Esto se tiene que presentar en dependencias policiales o ante un agente de tráfico.

Este tipo de multas de tráfico voluntarias están extendidas principalmente en los casos de estacionamientos indebidos como en vados o pasos de cebra que pueden dificultar el acceso a sillas de ruedas o carritos y son un claro ejemplo de la justicia tomada por propia iniciativa de personas afectadas de manera directa por las malas o irresponsables prácticas en la conducción.

Esto no implica en que nos convirtamos en vigilantes de la vía pública, porque no todo lo que nos moleste será siempre denunciable. En esos casos lo mejor es intentar ser pacientes porque la convivencia implica a veces episodios desagradables.