Año Nuevo, vida nueva y siguiendo esta máxima, Año Nuevo, cambios sustanciales en una veintena de radares en Galicia. Con esta modificación la Dirección General de Tráfico (DGT) estrena nuevos planes para los radares en tierras gallegas. El fin que persigue esta novedad es que los conductores no se confíen demasiado además de adecuar estos dispositivos de control a las zonas de más afluencia de tráfico.

Los radares fijos que en el último año detectaron en Galicia unas 160.000 infracciones por exceso de velocidad, se han convertido en un instrumento básico para que la DGT imponga orden en la carretera. Unido a los cambios de ubicación y para mantener estrictamente a raya a los conductores, se ha hecho ya la instalación de otros nuevos -entre dos o tres- como sería el ejemplo del que se encuentra ubicado en los accesos de la ciudad de La Coruña, en la zona de Palavea.

En total, la comunidad gallega cuenta con 29 radares de los que 10 están en la provincia de La Coruña, 7 en Lugo, 5 en Orense y otros 7 en Pontevedra. Sus cambios se deben principalmente a varias posibilidades. Por un lado son una manera eficiente para que los conductores no se acomoden y estén alerta permanentemente y cumplan con la velocidad marcada en las señales. Por otro, obedecen a cambios experimentados a lo largo de este tiempo en volumen de tráfico en determinadas zonas, que ha obligado a que se lleve un estricto control de esos polémicos puntos.

 

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