La Dirección General de Tráfico (DGT) ha decidido ponerse especialmente estricta con todo lo que pueda hacer perder agilidad y control en la carretera. Para favorecer la seguridad vial y aprovechando la influencia de la famosa Reforma, se estudian multas especiales para aquellas personas que conduzcan bajo efecto de los fármacos.
Para garantizar la lucidez del conductor, Tráfico lo tiene claro y no escatimará en medios. Si se esperan que para este año incrementen el doble las multas de tráfico por el consumo de alcohol y drogas, aunque con ciertas particularidades, se incluirá en este postulado como propio la toma de psicofármacos en la carretera.
Una manera de exigir más al conductor y que supondrá hasta llegar a triplicar los controles en los próximos dos años que incluyen incluso «la presencia en la sangre» de sustancias que afecten a la conducción como pueden ser los propios medicamentos. Una cuestión que ha puesto de manifiesto una preocupación difícil de ocultar que puede conllevar la retirada de seis puntos del carnet de conducir, además del pago de la encarecida multa de tráfico.
El hecho de tomar medicamentos tales como Valium, Dormicum, Lexatín o Trankimazín, entre muchos otros, utilizados principalmente para combatir la ansiedad, estrés, depresión o insomnio podría considerarse en un futuro como sinónimo de tomar drogas y será detectado como tal en los controles que se intensificarán en los próximos años aunque resulte un mayor desembolso de los presupuestos, dado que el precio de estos dispositivos es elevado y por ello sólo existen 70 en toda España.
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